La Playa del Silencio es un lugar cada vez más turístico. Se encuentra en la zona abrupta de la Cornisa Cantábrica, en el concejo de Castañeras, Asturias. Por un carril pobre y pedregoso se accede a la que es una de las playas paradisiacas españolas por excelencia. Su nombre se debe a la templanza y claridad de sus aguas rodeadas de acantilados.
Un espacio genuino cuyo principal atractivo radica en su conservación y que, por lo tanto, exige respeto medioambiental por parte de sus visitantes. Su virginidad paisajística hace que tenga bien merecida el título que le han otorgado de espacio protegido, dentro de la costa occidental del Principado.
Los lugareños llaman a esta playa el “Gaviero del Silencio”, posiblemente por la colonia de gaviotas que anidan en el acantilado anguloso que la cierra por el este. A parte de estas aves, este enclave medio salvaje es frecuentado por pescadores deportivos y aficionados a la pesca submarina.
La Playa del Silencio no tiene arena, se compone de cantos rodados.
Para acceder a ella debemos dejar nuestro vehículo en las inmediaciones del pueblo de Castañeras y descender por unas empinadas escaleras. El acceso no es difícil ni tortuoso, aunque tampoco entraña la comodidad de otras calas más accesibles a las que se llega en coche; quizás por esto mismo guarda su idiosincrasia originaria como en poco sitios del Cantábrico.
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